martes, 5 de marzo de 2013

CUESTIÓN DE SEXO

Creo que no necesito justificar ni aportar pruebas si digo que el SEXO nos motiva enormemente. Aun así, sigue siendo un tema controvertido e incluso tabú en algunos aspectos. Por lo tanto, hablemos un poco de SEXO

Si el ser humano no se encontrase motivado hacia el SEXO  no estaríamos aquí. La motivación sexual es una forma inteligente de la naturaleza de hacer que la gente procree, permitiendo la pervivencia de la especie. Nos sentimos atraídos por otras personas, el SEXO nos produce placer, y como consecuencia, en muchos casos se producen hermosos bebés

El ciclo de respuesta sexual (descrito por Master y Johnson) consta de 4 fases:
1. Excitación: la sangre afluye a la zona genital.
2. Planicie: la respiración y el ritmo cardíaco siguen aumentando.
3. Orgasmo: los músculos se contraen y se liberan hormonas como la oxitocina.
4. Resolución: periodo refractario, de descanso, en el que no se puede lograr otro orgasmo (diferente entre hombre y mujeres)

Sin embargo, el SEXO va más allá de la procreación: produce placer, mejora el autoestima, favorece las relaciones sociales, ejercita el cuerpo, etc. Su función principal se diluye a medida que el ser humano evoluciona. Las prácticas se diversifican, se modernizan, se amplían, se llevan a límites que nuestros antepasados no podrían ni imaginar. Pero cuidado, recordad que para que el SEXO sea saludable deben respetarse 3 premisas: 
- Que no haya daño físico.
- Que no haya daño psicológico ni emocional.
- Que todas las partes acepten voluntariamente.

A diferencia del resto de animales, el ser humano no pasa una fase de celo, las hormonas no nos afectan de la misma manera. Las mujeres aumentan su deseo sexual durante la ovulación sólo ligeramente (reaccionan tanto a la testosterona como a los estrógenos, en el resto de especies responden sólo a los estrógenos) y los hombres dependen más de la estimulación sexual que de los niveles de testosterona. Esto no quiere decir que no dependamos de las hormonas, pues la castración o los daños cerebrales disminuyen nuestra motivación sexual. 

A finales de los años 40, el controvertido biólogo americano Alfred Kinsey comenzó el mayor estudio sobre sexualidad de la historia. Surgió por su incapacidad de responder a las preguntas de su alumnado sobre las prácticas sexuales, por lo que se propuso encontrar algunas respuestas. Y vaya si las encontró. Sus libros llenos de estadísticas se convirtieron en best sellers, aunque el contenido no agradó a todos los sectores de la población. Cuando hablamos de SEXO  existe mucha hipocresía y no todo el mundo está dispuesto a aceptar la realidad. En 2004, Liam Neeson dio vida a Kinsey en la gran pantalla.

Como en la mayoría de los casos, la motivación sexual depende de estímulos internos y externos, pero de esto ya hablaremos otro día.

PD: si queréis seguir leyendo sobre sexo, pasaos por el blog de Asexorando.

viernes, 22 de febrero de 2013

HACER DIETA NO NOS MOTIVA, COMER SÍ

Casi dos meses después de hacer el propósito de perder peso, muchas personas se habrán dado cuenta que mantener esa idea resulta imposible. Todas las excusas son buenas: en invierno hay que comer mucho porque hace frío, como ahora llevamos mucha ropa no hace falta estar delgad@, en navidades comimos mucho y no se puede bajar el ritmo de golpe, etc. Realmente, estamos predispuestos a comer bien y buena cantidad, aunque la evolución nos haya llevado a un punto en el que la nutrición por sí sola parece no tener sentido.

Como casi todo, comienza con un impulso, el cerebro regula el hambre y el peso según los niveles de azúcar en sangre. El estómago nos avisa cuando lleva mucho tiempo vacío. Cada tipo de alimentos produce una respuesta química distinta, asociada a la saciedad o los estados de ánimo. El hipotálamo procesa esta información y la envía a los lóbulos frontales, que deciden la conducta a seguir. Nuestro cuerpo puede regular nuestro peso y el punto de ajuste de una manera increíble, el problema viene con la cantidad de cambios y excesos que le hacemos sufrir.


Por otro lado, la cultura decide qué comemos. Nuestras preferencias por lo dulce y lo salado son universales y genéticas, la educación hace el resto. Cada país o cada cultura prefiere un tipo de alimentos y siente aversión hacia otros. El origen de esta conducta se basa en la idea de que probar alimentos nuevos puede llevar a envenenarnos, pero no explica por ejemplo la preferencia hacia un tipo de carne: cerdo, vaca, caballo, perro, gato,... En España nos da asco ver como los orientales comen saltamontes, pero nos encanta comer caracoles. La exposición repetida a un alimento hace que lo prefiramos, independientemente de sus características.

Presentamos una motivación interna que nos lleva a comer, pero también externa. El simple hecho de ver u oler una comida que nos gusta, puede llevarnos a consumirla, aunque no la necesitemos. De esta manera, si lo que sentimos hacia la comida es aversión, podemos dejar de consumirla y sufrir un trastorno alimenticio. Por mucho que diga nuestro cerebro o nuestra cultura, alcanzar el ideal de belleza se impone a todo lo demás.
Volviendo al tema de las dietas, analicemos qué motivación se impone: el gusto por comer o las ganas de perder peso? 

En un experimento de Ancel Keys (1950) redujeron a la mitad la cantidad de comida que suministraban a un grupo de sujetos, con efectos visibles al poco tiempo: lánguidos, apáticos, perdiendo el interés por el sexo y las relaciones sociales, obsesionados con la comida. Sin embargo, pasadas 24 semanas, se estabilizaron en un peso un 25% inferior y desaparecieron los efectos.

Siguiendo este experimento, las dietas pueden dar resultado, después de persistir muchos meses podemos estabilizarnos en un peso inferior, pero merece la pena? Si nuestro cuerpo está motivado hacia la comida, por qué castigarlo? Comiendo de forma sana y variada hacemos feliz a nuestro cuerpo, incluso dándonos algún capricho que otro. Hacer dieta es posible, pero antes de perder peso deberíamos analizar que motivación es mayor de las dos.
Si somos lo que comemos, seamos felices. 

jueves, 14 de febrero de 2013

POR QUÉ LO LLAMAS AMOR CUANDO ES CENAR FUERA Y HACER REGALOS?

En esta fecha tan señalada en todos los calendarios como es el 14 de febrero, Día de los Enamorados, San Valentin, ese santo al que tanta gente confunde con Cupido, me gustaría reflexionar sobre diversas cuestiones del AMOR.

Si nos vamos a los orígenes, el AMOR se basa en la química. En esta entrevista de Eduard Punset dicen cosas como que el impulso sexual que siente el ser humano hace que segregue ciertas sustancias en su cerebro, especialmente dopamina, y eso le lleva a buscar parejas sexuales, que con la evolución se ha transformado en la búsqueda de la media naranja

Antropológicamente, el hombre busca tener toda la descendencia posible para perpetuar la especie (excusa para ser promiscuo), observando a las mujeres que parecen más fértiles (el hombre se excita más mediante imágenes visuales) entra en un estado de tensión, sudoración, aceleración del ritmo cardíaco, etc, provocados por esas sustancias químicas y que le hacen sentirse atraído por esas mujeres. Por su lado, la mujer busca alguien que le ayude a proteger a su descendencia (excusa para ser posesivas), recordando qué hombres se han mostrado fuertes, leales e interesados por ella (la mujer se excita más por el recuerdo y la imaginación), entrando en el mismo estado de enamoramiento.

Esta explicación nos proporciona la base, pero en los tiempos modernos hay mucho que añadir: personas que no desean tener descendencia, relaciones homosexuales, diferentes tipos de AMOR,... Sternberg creó una teoría sencilla pero muy explicativa definiendo 7 tipos de AMOR en función de 3 variables: pasión, confianza y compromiso. El AMOR ideal (o consumado) solo lo alcanzan unas pocas personas.


Pero tampoco resulta imprescindible alcanzarlo. No somos medias naranjas en busca de alguien que nos haga sentir completas, somos naranjas enteras, peras y manzanas, autosuficientes y con capacidad para sobrevivir y ser felices en soledad. Personalmente, creo que encontrar y disfrutar el AMOR es bonito, incluso maravilloso, pero no creo que una persona necesite estar enamorada para sentirse realizada y feliz.


Gran parte de la culpa de esta idea tan extendida, la tienen la globalización, el capitalismo y los centros comerciales. El Día de los Enamorados es un invento más para vender. Las personas enamoradas deberían amarse todos los días y no necesitar una fecha señalada para hacerse regalos y salir a cenar fuera. Si quieres a alguien, díselo a menudo, regala y sorprende de vez en cuando, y sal a cenar fuera cuando tengas dinero para hacerlo. Si miramos el calendario, observamos que hay días para todo, pero no podemos relegar un sentimiento tan fuerte a un solo día.

Así que pensad, si estáis enamorad@s, a qué os motiva esa persona? Seguid vuestro instinto todos los días, no solo el 14 de febrero.

PD: No olvidéis los consejos de Moderna de Pueblo

jueves, 31 de enero de 2013

MANTENER LOS PROPÓSITOS DE AÑO NUEVO

La mayoría de las personas se proponen cumplir una serie de objetivos con la llegada de un nuevo año, pero pocas son quienes los mantienen pasadas unas pocas semanas. Ahora que termina el mes de enero, reflexiona, ¿mantienes aun los propósitos que te fijaste?


Dejar de fumar, hacer dieta, apuntarse al gimnasio, estudiar idiomas, ser más atento/a y otros cambios personales son los propósitos más establecidos, y también los menos cumplidos. Nos dejamos llevar por los deseos y por aquellos hábitos socialmente más aceptados, pero no somos realistas con nuestra naturaleza ni con nuestras verdaderas motivaciones. ¿De verdad quiero dejar de fumar? ¿Realmente voy a ir al gimnasio?¿Seré capaz de mantener la dieta? Si la gente se hiciese esa pregunta, la respuesta más escuchada sería NO.

El año nuevo no nos proporciona poderes mágicos que nos permitirán conseguir aquello que deseemos. Lo ideal es plantearse los objetivos de una forma personal y realista. Debemos comenzar con un análisis detallado de nuestras necesidades.

Si de verdad he ganado peso y creo que ello va a provocarme problemas en el futuro, me propondré una dieta adaptada a mi ritmo y con objetivo a largo plazo, para mantenerme en mi peso ideal el mayor tiempo posible. Si he tomado la determinación de dejar de fumar porque realmente creo que es un hábito nocivo, buscaré ayuda y métodos para dejarlo gradualmente y adquirir estrategias que eviten mi recaída en el futuro. Estos deben ser los motivos que nos impulsen a establecer nuestros objetivos, que... ¿cómo deben ser?

  • CLAROS y ESPECÍFICOSlos objetivos deben establecerse de forma clara y precisa, fijando los tiempos que nos damos para conseguirlos, el nivel al que queremos llegar, el estado final y los pequeños pasos que daremos hasta conseguirlos. De esta manera, llegará un puntos en que digamos: lo he conseguido! Pero esto no debe ocurrir pronto ni rápido, cualquier cambio necesita su tiempo y su proceso si no queremos volver atrás. (Cuidado con el efecto rebote de las dietas o con retomar el tabaco en mayor cantidad)

  • ALCANZABLES pero DESAFIANTESlos propósitos deben suponer un reto para que estemos motivados a conseguirlo. Si se trata de algo muy fácil, empezaremos con ganas pero nos terminaremos aburriendo. Sin embargo, que sean desafiantes no debe significar que sean imposibles, pues entonces no tendría sentido. Los objetivos deben ser alcanzables, con tiempo y esfuerzo seguro que los conseguiremos.
  • COHERENTES todos los propósitos deben estar alineados entre sí y ser coherentes con nuestro ritmo y estilo de vida. No podemos pretender ser alguien que no somos o intentar algo que vaya en nuestra contra. Si los objetivos se apoyan y complementan entre ellos, alcanzar uno nos motivará a alcanzar los demás. Por ejemplo, llevar una dieta sana o dejar el tabaco nos harán estar más en forma y eso nos motivará a ir más al gimnasio.

  • REALISTAS:  como dije antes, la clave está en ser realista. Los propósitos deben ser claros, desafiantes y coherentes, pero sobre todo, adaptados a nosotros y nuestra forma de vivir. Analiza tus necesidades y descubre tus motivaciones, ellas te dirán lo que debes conseguir.

    Puede que no estemos en año nuevo, pero cualquier momento es bueno para marcarse unos objetivos realistas.